Carta de colocación en clase a los padres
Hace treinta años, con el telón de fondo de un orden mundial cambiante -la caída del Muro de Berlín, el declive del apartheid, el nacimiento de la red mundial- el mundo se unió en defensa de los niños y la infancia. Aunque la mayoría de los padres del mundo de entonces habían crecido bajo dictaduras o gobiernos fallidos, esperaban una vida mejor, mayores oportunidades y más derechos para sus hijos. Por eso, cuando los líderes se reunieron en 1989 en un momento de rara unidad mundial para asumir un compromiso histórico con los niños del mundo para proteger y hacer realidad sus derechos, hubo un verdadero sentimiento de esperanza para la próxima generación.
¿Cuánto hemos avanzado? En las tres décadas que siguieron a la adopción de la Convención sobre los Derechos del Niño, a pesar de la explosión de la población mundial, hemos reducido el número de niños que no asisten a la escuela primaria en casi un 40%. El número de niños menores de 5 años con retraso en el crecimiento se redujo en más de 100 millones. Hace tres décadas, la polio paralizaba o mataba a casi 1.000 niños cada día. Hoy en día, se ha eliminado el 99% de esos casos. Muchas de las intervenciones que están detrás de este progreso -como las vacunas, las sales de rehidratación oral y una mejor nutrición- han sido prácticas y rentables. El auge de la tecnología digital y móvil y otras innovaciones han hecho más fácil y eficiente la prestación de servicios críticos en comunidades de difícil acceso y la ampliación de oportunidades.
Carta a la hija que estudia en el extranjero
Así empieza la carta que escribiré a la profesora de infantil de mi hijo cuando termine oficialmente el colegio. Como millones de niños en todo el país, mi hijo terminará este año en casa. No tendrá una fiesta en la clase ni una ceremonia de promoción para marcar este hito, y tanto mi hijo como yo estamos de acuerdo con ello.
Desde que las escuelas cerraron en marzo, los padres han estado en primera línea del aprendizaje de sus hijos. Cuando el aula es el comedor, vemos dónde destacan nuestros hijos, qué les motiva, dónde tienen dificultades y cómo afrontan los contratiempos. Nunca antes habíamos visto con tanta claridad quiénes son nuestros hijos como estudiantes. Una encuesta reciente de Learning Heroes reveló que dos tercios de los padres declararon estar más conectados que nunca con la educación diaria de sus hijos.
Para algunos, el aprendizaje a distancia ha puesto de manifiesto la existencia de importantes lagunas en las habilidades de lectura y matemáticas que pasaban desapercibidas cuando el colegio estaba en marcha. Otros niños han prosperado fuera del aula, aprendiendo a su propio ritmo, concentrándose sin distracciones y persiguiendo su curiosidad. Independientemente de su experiencia, los padres están de acuerdo en que ha llegado el momento de replantearse la forma de educar a los alumnos.
Modelo de carta de los padres al director del colegio
¿Has tenido alguna vez ese pensamiento? Muchos niños lo hacen. Normalmente este sentimiento no dura mucho. Pero, ¿qué pasa si lo sientes demasiado? La escuela es un hecho de la vida, y recibir una educación puede ayudarte a construir el tipo de vida futura que deseas.
Si estás estresado, puede que te cueste tomar decisiones. Por la mañana, no puedes decidir qué comer, qué ponerte o qué llevar para el almuerzo. No quieres ir al colegio, así que pospones la recogida de tus cosas. Y ahora no estás preparado para ir al colegio, y acabas de perder el autobús, ¡otra vez! Quedarse en casa puede parecer una buena opción, pero sólo hace más difícil ir a la escuela al día siguiente.
Si no te gusta el colegio, el primer paso es averiguar por qué. Puede que no te guste el colegio porque un matón te molesta, o porque un niño que no te gusta quiere estar contigo. O tal vez no te lleves bien con tu profesor. Puede que te sientas diferente o que te preocupe no tener suficientes amigos.
A veces es un problema con tus clases y trabajos escolares. Tal vez el trabajo es demasiado fácil y te aburres. O tal vez el trabajo es demasiado difícil, o no te sientes tan inteligente como los otros niños. Puede que la lectura o las matemáticas te resulten difíciles, pero se espera que hagas muchas cosas. Puede que te estés quedando cada vez más atrás y te parezca que nunca te vas a poner al día. Tal vez estés lidiando con preocupaciones, estrés o problemas que dificultan tu concentración en las tareas escolares.
Carta de los padres a la escuela
Los niños necesitan oír que sus padres les quieren y están orgullosos de ellos, y a veces los padres, muy ocupados, se olvidan de tomarse el tiempo y poner sus sentimientos en palabras. Considera la posibilidad de tomar tus pensamientos y ponerlos por escrito. Estos ejemplos de cartas de ánimo para un niño son formas sencillas de que los padres expresen su amor por sus hijos.
Con los niños, las palabras suelen entrar por un oído y salir por el otro. Los días son ajetreados, la gente siempre nos escucha a medias, e incluso cuando los padres intentan dar palabras de ánimo, los niños no necesariamente las asimilan y las retienen. Si escribes tus palabras de ánimo, tu hijo tendrá algo que mirar y releer cuando necesite sacar fuerzas e inspiración.
Por desgracia, muchas familias se enfrentan al divorcio, y los niños suelen verse afectados por la ruptura de un modo u otro. El divorcio puede hacer que los niños se sientan enfadados, tristes y ansiosos. Considere la posibilidad de escribirles una carta de ánimo, haciéndoles saber que usted es consciente de que los tiempos son difíciles, pero que al final todo saldrá bien. Al escribir una carta como ésta, tenga en cuenta algunos factores clave.