Postura correcta para leer
¿Cuántas veces has oído a tu madre decirte que te sientes bien, que mantengas la espalda recta y que estudies en una habitación bien iluminada? La mayoría de las veces, esa afirmación se resuelve haciéndose el sordo o contestando de vez en cuando con un: “La mala postura no puede ser la causa de los dolores y las molestias, ¡es el material de estudio el que molesta!”. Sin embargo, al final te das cuenta de que tu madre siempre tiene razón. ¿Por qué? Porque muy pronto te encuentras con que te sujetas la espalda o el cuello y te precipitas hacia ella para que te dé un poco de Volini. ¡¡¡Sí, así es la vida de un estudiante, sobre todo en época de exámenes!!!
A todos nos atormenta a menudo la idea de mantener esa “postura correcta”. Pero aquí surge la pregunta: ¿es posible mejorar la postura? La forma en que nos sentamos, estamos de pie y caminamos son los hábitos más fuertes que se inculcan en nuestra personalidad a lo largo de los años. Así que, por experiencia, decimos que cambiar la postura puede ser incluso más difícil que dejar las patatas fritas o las palomitas durante el cine. Por lo tanto, más vale que todo el esfuerzo que supone mantener esa postura perfecta y los hábitos de estudio correctos merezca la pena.
Beneficios de la postura recta
Lo mejor de las correcciones posturales es que hay muchas formas de hacerlas, y la mayoría de ellas se pueden hacer en cualquier lugar, por lo que no tienes que sacar tiempo de tus sesiones para mejorar tu postura de estudio.
Cambiar tu postura al sentarte mientras estudias puede ayudar a que tu cuerpo se sienta mejor con el tiempo. Una forma estupenda de hacerlo es conseguir un escritorio de pie para poder cambiar de estar sentado a estar de pie de vez en cuando.
Seguir las pautas ergonómicas es una de las mejores maneras de conseguir la mejor postura para estudiar. Conseguir una silla ergonómica junto a tu escritorio de pie puede mejorar significativamente tus posibilidades de corregir tu postura.
Para mejorar tu postura de estudio, es importante que primero compruebes si tu postura es mala. Hay muchas formas de saber si tu postura es mala, como tener dolor físico, encorvarse hacia atrás, llevar la cabeza hacia delante, y otras. Otra buena forma de comprobar tu postura es haciendo la prueba de la pared, que consiste en sentarse contra una pared con 15 centímetros de espacio entre cada talón y la pared. Si la cabeza, los glúteos y los hombros no se conectan con la pared, es posible que tengas una mala postura.
La mejor postura para estudiar en la cama
El aprendizaje en línea, también llamado educación a distancia, es cada vez más popular en Estados Unidos y en todo el mundo. Los estudiantes de educación a distancia prefieren esta modalidad por varias razones. La mayoría de ellos trabajan y estudian al mismo tiempo y se esfuerzan por no comprometer ninguna de las dos cosas. Los estudiantes con casos especiales, como los que tienen problemas de salud o están involucrados en el cuidado de niños o ancianos, también toman cursos en línea en universidades de renombre. Otros se matriculan en la enseñanza en línea para completar cursos o programas sin las molestias y los gastos que supone el desplazamiento. Una de las principales ventajas de la educación a distancia para los estudiantes en línea es que pueden graduarse a su propia comodidad, ritmo y conveniencia.
Las universidades y colegios de EE.UU. tienen una amplia gama de cursos en línea para los niveles de licenciatura, posgrado e incluso doctorado. Las clases se imparten normalmente a través de aplicaciones móviles, correos electrónicos, vídeos de aprendizaje, módulos y sitios web. La matrícula y otros gastos varían en función de factores como el tipo de programa y el tiempo necesario o empleado para completarlo.
¿Afecta la postura al aprendizaje?
“Párate derecho”. Es un consejo eterno que probablemente todos hemos escuchado alguna vez. Merece la pena tenerlo en cuenta. Una buena postura es importante para el equilibrio: al estar erguido, centras tu peso sobre los pies. Esto también te ayuda a mantener la forma correcta mientras haces ejercicio, lo que se traduce en menos lesiones y mayores ganancias. Y trabajar el equilibrio puede incluso reforzar tus habilidades en el tenis, el golf, la carrera, el baile, el esquí… y casi cualquier otro deporte o actividad.
¿No eres un atleta? También vale la pena tener un buen equilibrio. El simple hecho de caminar por el suelo o por la calle requiere un buen equilibrio. También hay que levantarse de una silla, subir y bajar escaleras, cargar paquetes e incluso girar para mirar detrás de ti.
La buena noticia: puedes mejorar tu postura con unos sencillos ejercicios. Los entrenamientos específicos para el equilibrio abordan los problemas de postura y equilibrio con ejercicios que fortalecen los puntos importantes y estiramientos que aflojan los músculos tensos. Comprobar rápidamente la postura en el espejo antes y durante los ejercicios de equilibrio también puede ayudarte a sacar el máximo partido a tu entrenamiento habitual. Y el aumento de la fuerza y la flexibilidad del núcleo puede ayudarte a mejorar tu postura de forma notable en tan sólo unas semanas.