Profesor ayudando al alumno
Confiamos en que los jóvenes de hoy, si se les dan las habilidades y oportunidades, nos conducirán hacia un futuro pacífico, sostenible y próspero. Es esta esperanza la que lleva a las familias y a las comunidades a hacer sacrificios para dar a nuestros hijos el mejor comienzo en la vida, concretamente, la educación que necesitan para llevar una vida feliz y productiva.
Sabemos cómo abordar esto: tenemos que dar a los niños los fundamentos que necesitan para luego construir y las oportunidades para que sigan aprendiendo. Necesitan habilidades de aprendizaje fundamentales -los bloques de construcción para prosperar más adelante en la escuela y a lo largo de sus vidas-, alfabetización, aritmética y habilidades socio-emocionales. Si se hacen bien desde el principio, estas habilidades prepararán a los niños para una vida de aprendizaje y crearán las condiciones para que los sistemas escolares también ofrezcan habilidades digitales, pensamiento científico, creatividad y habilidades de comunicación que son esenciales para prosperar en este siglo. Como dijo el Presidente de Sierra Leona, Julius Maada Bio, en la segunda sesión de TES sobre la crisis del aprendizaje: “Todos debemos a nuestros niños un futuro prometedor en el que, como ciudadanos productivos, sigan construyendo sociedades justas, inclusivas, equitativas y pacíficas”.
Participación de los padres
La mayoría de los buenos estudiantes no nacen siendo buenos aprendices. Sí, la personalidad individual desempeña un papel importante en la voluntad de aprender de un niño y en su disposición general en lo que respecta a la escolarización y la educación, pero la mayoría de los niños que son buenos estudiantes en algún momento tuvieron que convertirse en buenos estudiantes. Y lo que es más importante, cualquier alumno que posea las aptitudes básicas y reciba la motivación adecuada puede convertirse en un buen alumno.
Uno de los mayores errores que pueden cometer los profesores y los padres a la hora de formar alumnos y niños que sean buenos aprendices es limitar el aprendizaje al aula. Aunque el aula sea probablemente la principal fuente de instrucción, el crecimiento intelectual, social y académico debe extenderse fuera de las paredes del aula, si se quiere mejorar realmente el deseo y la capacidad de aprendizaje del niño.
Hay quien sostiene que la lectura es la clave del éxito en la vida. Nosotros, sin duda, sostenemos que, como mínimo, la lectura es la clave del éxito en el aprendizaje. Los niños que desarrollan el amor por la lectura, desarrollan el amor por el aprendizaje. Los niños que tienen dificultades para leer, tienen dificultades para aprender.
Estrategias de enseñanza
En la actualidad, nuestro sistema educativo se centra a menudo en una estrecha franja del desarrollo cognitivo de los niños, haciendo hincapié en la transmisión de conocimientos de contenido, a menudo para ser memorizados y repetidos en la misma forma en que se recibieron. Las lecciones de matemáticas, ciencias y lectura -y los exámenes de esas habilidades- dominan el plan de estudios.
Aunque esas materias son fundamentales, el aprendizaje implica mucho más que la mera adquisición de conocimientos inertes de álgebra o química. Un enfoque tan estrecho deja de lado las formas en que los niños necesitan crecer y aprender en sus relaciones, su identidad, su comprensión emocional y su bienestar general. Al fin y al cabo, los niños son seres multidimensionales “completos” cuyo desarrollo es complejo y rico.
Las investigaciones recientes en neurociencia, ciencias del desarrollo y del aprendizaje, educación, sociología y muchos otros campos confirman que un enfoque “integral” del niño no sólo es deseable sino necesario para garantizar que los niños aprendan bien. Según dos exhaustivas revisiones de la ciencia sobre el desarrollo y el aprendizaje de los niños:
La paternidad moderna
Fomentar la participación de las familias es algo más que una cortesía común. Es una de las mejores estrategias para crear un entorno de aprendizaje positivo para todos los alumnos. Descubra qué es el compromiso familiar, cómo fomentarlo y cómo crear una comunidad basada en las relaciones familia-docente en su centro educativo.
El compromiso familiar describe una situación en la que las familias y los profesores comparten la responsabilidad de ayudar a los alumnos a alcanzar sus objetivos académicos. Se produce cuando las familias se comprometen a hacer de la educación de sus hijos una prioridad, y los profesores se comprometen a escuchar y colaborar con las familias.
El compromiso de las familias en la escuela es diferente de la participación de las familias, aunque ambos apoyan el éxito de los estudiantes. La implicación incluye la participación de la familia en eventos o actividades escolares, mientras que los profesores proporcionan recursos de aprendizaje e información sobre las calificaciones de sus alumnos. Con la implicación, los profesores son los principales responsables de establecer los objetivos educativos. Se relacionan con las familias y los cuidadores como asesores académicos de sus hijos, más que como compañeros de aprendizaje.